En
esta oportunidad, pretendo dar cuenta de
las actividades realizadas en el plan vacacional realizado en la escuela San
Diego, en el marco del programa de escuelas abiertas del Ministerio del Poder
Popular para la Educación. Actividad que forma parte del programa de
especialización en Pedagogía Cultural; a través
del trabajo realizado con los niños y niñas de edades comprendidas entre
8 y 10 años con los que tuvimos la oportunidad de interactuar. Y desde esa
visión, enfocar la importancia, de considerar a los niños y niñas como actores
principales en el proceso de enseñanza de los saberes propios de cada
comunidad.
El
trabajo se inició con actividades que los docentes Anny Camargo y Dionner
Cuellar (mi persona), le llevaron a los niños y niñas; fue un proceso bastante
agradable, pues las actividades que se llevaron despertaron el interés de los
niños participantes; se habló de temas como el reciclaje, juegos tradicionales,
para realizar desde allí trompos con
material de desecho, así como animales utilizando los mismos materiales, esto
da garantía de que los niños y niñas
además de aprender actividades manuales, desarrollen la motricidad fina en la
actividad manual, comprendan su relación con el ambiente y con las diferentes
especies que en este habitan.
La
segunda parte de la actividad fue, el reconocimiento de su comunidad, los niños
y niñas con mucho entusiasmo, realizaron una descripción de su comunidad en la
que determinaron los sitios que para ellos son de interés. En donde hablaron del señor que soba,
la señora que hace la arepa de Maíz Pilado y del abuelo que “Secretea”. Eso les
permitió la realización de un pequeño micro radial, en el que se refleja la
importancia de la convivencia en la comunidad, y el valor de esta organización.
Pero, la idea no es solo hacer un recuento de las
actividades, ni mucho menos recontar una historia que se pueda volver trillada
de tanto repetirla, sobre los logros del
trabajo en la escuela. La idea, es plantear lo que la misma dinámica nos
generó, que no es más que la manifestación del deseo de los niños y niñas
entorno a sus inquietudes en la que los docentes solo fueron orientadores en
las actividades que se realizaron.
En
función de la experiencia vivida nos planteamos las siguientes preguntas ¿Todo
lo que los diferentes planes de formación desde los centros del saber generan serán realmente relevantes y
pertinentes para nuestros niños y niñas? ¿Poseen los niños algún conocimiento que al ser socializado puede ser
de interés educativo? ¿Esto garantiza procesos emancipadores desde la educación?
Estas
preguntas, las intentare responder más adelante; por lo pronto, vamos, como se
mencionó en principio a dar cuenta de la experiencia vivida en la escuela San
Diego. Por el azar del destino esta
práctica que lleno de placer a los estudiantes y sin duda alguna a los
profesores que la estaban impartiendo se vio truncada con el comentario de una
de las niñas “Valentina”, ya que esta apostilla… “dicen que en esta escuela
asustan”. De inmediato surgen varias preguntas en el grupo ¿Quién lo dice?
¿Cómo es ese espanto? A lo que los niños comentan que, esa historia la escucharon, del papá, la
mamá, el tío, el abuelo, el vecino y empiezan a describir a esta presencia paranormal;
en principio surge la idea de realizar un audiovisual que registre la historia
y se empiezan a hacer algunas entrevistas. Y los entrevistados coinciden en la
característica de esa entidad que supuestamente aparece en la escuela… ¡Un
Payaso!
Pero
la necesidad de saber más sobre este
payaso, por boca de quienes nos dieron a conocer la historia, nos llevó a
buscar un método que permitiera sin que fuese un interrogatorio, que los niños
y niñas nos contaran desde su experiencia lo que conocían de ella. A lo que la
profesora Anny Camargo, propone la
utilización de títeres para que de forma libre ellos contaran la historia. No
obstante, la facilidad con que la historia se empieza a contar me obliga a hacer un registro sonoro de lo que se estaba
narrando.
Ahora
bien, ¿Qué hacer con lo registrado? ¿Cuál sería la utilidad de esto? al
observar la facilidad de interacción de
los niños con los títeres, demostró que
la idea que se quería imponer, por parte de los profesores, de realizar un
audiovisual no iba a manifestar el mismo interés en los niños que el que se
obtuvo al momento de realizar la improvisación con los títeres (aun cuando se
utilicen las técnicas más avanzadas de grabación, edición y efectos especiales
para dar realismo mágico a la historia). Es allí cuando se plantea llevar ese relato a una obra que
sería representada por títeres; donde se
pudo apreciar que, la mayoría de los
roles habían sido asumidos de forma natural por los niños y no habían sido
impuestos autoritariamente por los docentes.
Luego de la transcripción del relato, se
realizó una lectura conjunta para que los participantes dieran su opinión sobre lo escrito y las posibles modificaciones que
estos pudiesen hacer para nutrir la
historia. No conformes con la creación
de un Guión para una obra de títeres, se decidió hacer la grabación de la obra,
con los diferentes matices que deben tener cada uno de los personajes
(Dramaturgia en radio), y los efectos sonoros que darán esa carga dramática a
la historia, para posteriormente realizar los ensayos y garantizar con la
creación de este audio que pueda tener permanencia en el tiempo.
Este
proceso, fue acompañado con la elaboración de títeres, a partir de materiales
de reciclaje, en donde los docentes, desde las artes plásticas, orientaron el
desarrollo de los personajes que se iban a utilizar en el montaje. Esto, sin duda, hizo que los niños se apropiaran
de la historia y por ende del desarrollo de la actividad creativa, pues era
parte de las vivencias que ellos habían tenido la oportunidad expresar.
Esto
permitió, fortalecer muchos procesos de
aprendizaje, desde el desarrollo de funciones
motrices, hasta la ejercitación de creatividad, pasando por la transmisión oral
y la dramatización; cada uno de los niños le fue imprimiendo su toque personal
a la historia, no como una imposición de los docentes, sino como un ejercicio
pleno de libertad, haciéndolo completamente participe de la actividad.
Ahora
bien, esta experiencia permitió de alguna forma dilucidar algunas de las
interrogantes arriba planteadas. ¿Todo
lo que los diferentes planes de formación desde los centros del saber
generan, serán realmente relevantes y pertinentes para nuestros niños y
niñas?
Responder
a esta interrogante nos obliga a hacer mención del “Documento General de Sistematización de las Propuestas Pedagógicas y
Curriculares Surgidas en el Debate y Discusión y Orientaciones Fundamentales”, a partir de
la creación de la Constitución de
la República Bolivariana de Venezuela, en aras de la construcción de un sistema
educativo, acorde con las realidades vividas en la nación, y las dinámicas que
se generan en el mundo multipolar, sin dejar de lado el carácter humano que le
imprime la construcción del socialismo y el principio de soberanía de nuestro
pueblo, así como la creación del nuevo
republicano, tomando además como referencia la constituyente educativa de la
que surge el Proyecto Educativo Nacional
(PEN 1999). En este documento podemos observar el interés del estado de
garantizar una educación que no responda a interese capitalistas sino que surja
como un proceso de formación desde las mismas comunidades, sin dejar de lado el
conocimiento científico, sino por el contrario reflejar el potencial
científico existente en nuestro país
desde la nosótrica.
Pero,
el camino es largo, historio y dialectico, no es un proceso mecanicista como lo
expresa Freire; es por ello que aun cuestionamos si desde el magisterio
venezolano los planes que se “establecen” están siendo verdaderamente
relevantes y pertinentes al momento y a las necesidades educativas de los niños
y niñas. No se trata de hablar de ello
por una simple moda, o hacer de esto una etiqueta comercial (Hecho en
Socialismo), o un simple hashtag (#Hecho
en Socialismo) para ubicar
tendencias en las redes sociales, se trata de asumir que el socialismo es la
filosofía que rige el nuevo proyecto de país
y que da cabida a un proceso de interacción donde todos los sujetos son
participes de las actividades que conciernen a la nación.
Sin
embargo, nos oponemos a cualquier forma de escolástica que haga de cualquier
praxis educativa un hecho conservador,
insistimos en cuestionar las bondades de la revolución en cuanto a lo que al
PEN se refiere, ya que esto nos permitirá poner en práctica el principio aristotélico de duda, no para solo cuestionar, sino como el
principio mismo de Aristóteles, encontrar la sabiduría en la acción que se
cuestiona. Esto nos hace pensar en que “sin duda alguna” hay un interés del estado que rige a la
República Bolivariana de incorporar a
todos los actores del hecho pedagógico en el proceso de formación, para
garantizar que realmente se establezca esa pertinencia en el binomio Enseñanza
– Aprendizaje.
Ahora
bien, esto obliga a intentar responder la siguiente pregunta ¿Poseen los niños conocimientos que al ser socializados puede
tener un interés educativo? En este sentido concluyo que SI. En el caso de que
responder esta pregunta dependiese solo de mi criterio respondería tajantemente
con un monosílabo, “Si”, por la experiencia vivida en la escuela estos últimos
días. Pero estoy obligado a sustentar ese “Si” sobre la base de lo científico e
incluso desde lo jurídico, así que vamos a lo argumentativo de la respuesta. La
convención de los derechos de los niños como tratado de derechos específicos de
la niñez y la adolescencia. “Máximo referente normativo de la cultura normativa
para la infancia” es considerada la primera
ley internacional de los derechos del niño siendo la UNICEF una agencia
de las Naciones Unidas la encargada de trabajar para ofrecer a los niños y
niñas el mayor bienestar, de concurriendo en la ratificación esta convención
191 países a excepción de Somalia y particularmente Estados Unidos.
En esta convención, se establece el
derecho a la participación, permitiendo a los niños:
“asumir un papel activo en sus comunidades y
naciones; incluyen la libertad de expresión o de pensamiento sobre aquellos
asuntos que afectan su propia vida; comprenden los derechos de asociación y
reunión con fines pacíficos. Promueven que en la medida que desarrollen sus
capacidades los niños han de tener oportunidades de participar en las
actividades de la sociedad como preparación para una edad adulta responsable”.
Esto sin duda alguna los hace un
sujeto de derecho como cualquier adulto. En este mismo sentido la República
Bolivariana de Venezuela en su afán por ratificar esta convención, establece
que:
“Artículo
10. Niños y Adolescentes Sujetos de Derecho. Todos los niños y adolescentes son
sujetos de derecho; en consecuencia, gozan de todos los derechos y garantías consagrados
a favor de las personas en el ordenamiento jurídico, especialmente aquellos consagrados
en la Convención sobre los Derechos del Niño”.
Sin duda desde la base de lo
jurídico se nos dan las luces de cómo actuar ante esta situación, pero para
poder ratificar con mayor fuerza el monosílabo antes mencionado (si), es
necesario profundizar en la base de científico, por tal razón consideramos
pertinente citar la teoría del
desarrollo social de Vygotsky en donde
se habla de la socialización desde la idea “del otro con más conocimiento” entendiendo
esto como aquel que tiene más conocimiento en función de una tarea.
Sin embargo, aunque la idea que
se plantea desde la educación tradicional dominante se refiere a un adulto mayor,
un profesor o un experto como un convencionalismo, Vygotsky establece que cuando se habla de “el otro con más conocimiento” también se puede tratar de amigos e
incluso personas más jóvenes que posean un conocimiento producto de la vivencia
misma en su comunidad y, es este, quien nos lo puede transmitir a nosotros. Por
consiguiente, aunque parezca largo el recorrido argumentativo, se hizo con la
necesidad de ratificar un vocablo
planteado al principio de la respuesta. Lo que hace que con mayor irreverencia
se responda a la pregunta con un ¡SI!
En este punto, nos queda una interrogante por
tratar de responder, la cual recordamos a continuación ¿Esto
garantiza procesos emancipadores desde la educación? En este sentido, partimos
de lo establecido en la Pedagogía Crítica de Anton Valero (2003) cuando establece que la
emancipación de inicia con “la búsqueda de una manera consciente, de los
propios referentes culturales como punto de partida para entender, por
contraste, los referentes ajenos”, lo que nos da a entender que, por sobre
cualquier acción esta la necesidad de reconocernos como sujetos comunes en
oposición a un modelo dominante, del mismo modo Freire nos habla de una
pedagogía humanista y liberadora que
tendrá dos momentos:
“El primero
en el cual los oprimidos van descubriendo el mundo de la opresión y se van comprometiendo, con su
transformación y, el segundo, en que una vez transformada su realidad opresora,
esta pedagogía deja de ser del oprimido y pasa a ser la pedagogía de los
hombres en proceso permanente de liberación”
Sin duda, los niños y niñas de la escuela San
Diego, participantes en esta actividad, vieron que hay una riqueza en historias
dentro de su misma comunidad y que el realismo mágico, con el que ellos han aderezado la historia no tiene nada que envidiar a las
historias foráneas de miedo o espanto. Ahora bien es deber de ellos, los niños
y niñas defender en esta historia, no solo la tradición oral, sino porque además, esa creación colectiva ahora forma parte de su conocimiento, como un
mecanismo de resistencia y liberación.
Finalmente, hay que entender que, de lo que
se está hablando aquí no es más que de la lucha de una antiquísima forma de
dominación que ha tomado mucha fuerza con la imposición de la globalización,
hablamos entonces de la supremacía de modelos, culturales, comerciales,
políticos y conductuales… hablamos de Hegemonía.
No obstante, nos declarados en
resistencia a dicho proceso dominador y
lo hacemos desde concepción contrahegemonica, entendiendo esto como la construcción
de una conciencia política, cultural y territorial autónoma en las diversas
clases y sectores populares, por tal motivo, tener un grupo de niños que nos
cuenten su historia, haciendo uso de su experiencia, cargada de procesos
lúdicos y tradicionales, que podamos desde lo científico multiplicar, da cuenta
de esa lucha por contrarrestar todos
los patrones impuestos como falsos valores culturales.
Por consiguiente, solo falta hacer que este ejercicio liberador, sea
realizado por los niños y niñas a largo y ancho de nuestro territorio para
garantizar que sean estos, los niños y niñas, esos Grandes Maestros en el
Proceso Contrahegemónico de liberación.
Guión: El Espanto de la Escuela San Diego
Audio
Guión Literario
Referencias
UNICEF (2012), La
convención de los derechos del niño como tratado de derechos específicos de la
niñez y la adolescencia. Máximo referente normativo de cultura jurídica para la
infancia Documento en
línea consultado el 04 /09/2016 a través
del enlace http://www.eumed.net/rev/cccss/19/ggm.html
Anton, J- (2003) La Pedagogía critica desde
los movimientos sociales, Equipo educativo de la ONGD Entre pueblos.